Sean ustedes nuevamente muy bienvenidxs al newsletter en donde conversamos sobre abordaje de la conducta alimentaria y recuperación de desórdenes y trastornos alimentarios, desde un enfoque neutral en el peso y con perspectiva de género.
Antes de adentrarnos en el tema de hoy, una aclaración importante y un disclaimer: Estos artículos tienen únicamente fines informativos y educativos. No reemplazan el asesoramiento individual de ningún profesional de la salud (nutricional, médico, psicológico, psiquiátrico) y no constituyen una relación profesional-paciente.
Muy buenos días/tardes/noche para todxs ustedes. En el día de hoy estaremos dandole continuidad al tema pesocentrismo, abordado anteriormente, exponiendo al controversial e innovador abordaje inclusivo en peso.
Quien les escribe - sentada en una silla, encorvada, descalza y tomando mate - soy yo: Agus y antes de desarrollar el tema me gustaria/debo declarar un conflicto de interés: Mi practica clínica es guiada por lo principios del enfoque inclusivo, soy miembra de The Association for Size Diversity and Health (ASDAH), me dedico única y exclusivamente a trastornos alimentarios donde soy testigo del daño del peso centrismo a la población que atiendo.
Esta redacción tiene convicción, pero no se trata de mi opinión o el relato de mi experiencia. Yo no soy una persona de cuerpo grande, yo no soy activista. Soy profesional de la salud y por ello, precisamente, hablare de estudios.
El enfoque inclusivo del peso desafía la creencia de que un indice de masa corporal (IMC) particular refleja un estado de salud, no siendo el peso un punto focal para el tratamiento o intervención médica. Consecuentemente, intenta minimizar el estigma de peso y, por lo tanto, puede ayudar a los y las pacientes a sentirse cómodos en el entorno de atención médica y más capaces de discutir sus preocupaciones de salud.
El enfoque inclusivo del peso sigue algunos principios generales:
En primera instancia, no hacer daño.
Apreciar que los cuerpos vienen naturalmente en una variedad de formas y tamaños, y garantizar que se brinde salud y bienestar óptimos a todos, independientemente de su peso.
Ya que la salud es multidimensional, mantener un enfoque holístico (es decir, examinar una serie de índices de salud conductuales y modificables en lugar de un enfoque predominante en el peso/pérdida de peso).
Fomentar un enfoque en el proceso (en lugar de objetivos finales) para la calidad de vida del día a día.
Evaluar críticamente la evidencia empírica para los tratamientos de pérdida de peso.
Crear prácticas y entornos saludables, individualizados y sostenibles.
Cuando sea posible, trabajar para aumentar el acceso a la salud, la autonomía y la justicia social para todas las personas en todo el espectro de peso. Confiar en que las personas avanzan hacia una mejor salud cuando se les brinda acceso a atención y oportunidades de salud libres de estigmas.
Dentro de los enfoques inclusivos en el peso se encuentra el paradigma Health At Every Size (HAES). El mismo surge hacer varios años, de discusiones entre trabajadores de la salud y activistas que rechazan tanto el uso del peso, el tamaño o el IMC como indicadores de la salud como así también, el concepto de que el peso es el resultado de elecciones personales independientes de decisiones incontrolables o involuntarias como factores genéticos y ambientales. El mismo es registrado en el 2012 por la Association for Size Diversity and Health (ASDAH) y sus principios son revisados constanstemente.
La perspectiva HAES sugiere que los enfoques tradicionales no sólo son ineficaces, sino que las dietas y las restricciones también causan deterioro tanto físico como emocional.
Evidencia detrás del enfoque inclusivo del peso
En los últimos años se ha realizado un número creciente de estudios para evaluar la efectividad de las intervenciones basadas en HAES en comparación con intervenciones para la pérdida de peso. Dichas investigaciones han mostrado mejoras estadística y clínicamente significativas tanto físicas como psicológicas en comparación con modelos que enfatizan el enfoque normativo del peso
Uno de los primeros estudios que se llevó a cabo para evaluar la eficacia de este enfoque fue realizado por Bacon et al. En el mismo se compararon los resultados de un programa basado en HAES frente a un programa de pérdida de peso basado en dietas, con un grupo de mujeres de entre 30 y 45 años que tenían un índice de masa corporal superior a 30 (clasificadas con sobrepeso u obesidad).
Después de un seguimiento de 1 y 2 años, el programa HAES mostró resultados más positivos, incluyendo disminución de los niveles de colesterol total, lipoproteínas de baja densidad, triglicéridos y presión arterial sistólica, así como un mayor bienestar psicológico. También experimentó una menor tasa de deserción y una mejoría más sostenida en comparación con el grupo de dieta. Si bien el grupo de dieta perdió peso y mostró mejoras iniciales en múltiples variables al seguimiento de 1 año, en el seguimiento de 2 años se observó una recuperación del peso perdido y no se mantuvieron las mejoras.
Adicionalmente, el grupo HAES disminuyó la restricción alimentaria, la búsqueda de delgadez, la sintomatología de TCA, la insatisfacción corporal, la conciencia interoceptiva deficiente, la depresión y la evitación de la imagen corporal. Por otro lado, aumentó la autoestima tanto en el seguimiento de 1 año como en el de 2 años, en contraste con el grupo de dieta que reportó una disminución en la autoestima. Este estudio fue un punto de referencia para el movimiento HAES, ya que demostró que las mejoras en la salud mental y física no se atribuyen al peso corporal.
En el transcurso de los años, una serie de estudios han apoyado la noción de que el énfasis en los comportamientos, y no en el peso de la persona, resulta más efectivo.
En una revisión sistemática de 20 estudios sobre programas que promueven la atención a señales internas de hambre, se encontró que 10 estudios reportaron mejoras significativas en la insatisfacción corporal, la evitación de la imagen corporal, la autoaceptación, la satisfacción corporal o la preocupación por la forma del cuerpo en los participantes que se involucraron en intervenciones HAES u otras intervenciones sin dieta en comparación con los participantes en condiciones de dieta o control.
En otra revisión sistemática de 16 ensayos cuasi-experimentales y ensayos controlados aleatorios sobre el impacto de intervenciones con enfoques neutrales respecto al peso se observaron mejoras significativas en la autoestima, la alimentación emocional, los síntomas de trastornos alimentarios y la depresión. Además, en ninguna intervención HAES empeoró la condición física de los participantes (presión arterial, glucosa en sangre o colesterol), y en 2 estudios las medidas bioquímicas mejoraron significativamente en comparación con el grupo de control o de dieta.
Adicionalmente, diversas investigaciones sobre la prevención de trastornos alimentarios también respaldan este enfoque, al ser uno que desafía la idealización y búsqueda de la delgadez. Stice y Presnell (2007) encontraron que el programa Body Project, el cual busca reducir la internalización del ideal delgadez de los participantes a través de ejercicios verbales, escritos y conductuales, ha sido efectivo en ayudar a las adolescentes a reducir su búsqueda del ideal de delgadez, aceptar sus cuerpos, mejorar el estado de ánimo, disminuir los síntomas de trastornos alimentarios y reducir el riesgo de desarrollar síntomas futuros.
En conclusión, vemos que los enfoques neutrales respecto al peso muestran beneficios importantes para la salud, descartando los problemas asociados con los modelos de pérdida de peso como la insatisfacción corporal, la culpa, el estigma del peso, la disminución del bienestar psicológico, la alta deserción y los patrones de alimentación desordenada.
Los enfoques neutrales en el peso a la fecha presentan algunas limitaciones de diseño de estudio de investigación como el tamaño y representatividad del tamaño muestral. Sin embargo, tanto la ineficacia a largo plazo de las intervenciones centradas en el peso como las mejoras de salud integral observadas en las intervenciones no dietéticas e inclusivas en el peso justifican la importancia de mayor investigación.
Si sos profesional de la salud, quiero decirte: desde Nogal creemos que hasta el momento, la nutrición aprendida ha generado daño. No tenemos todas las respuestas (ni pretendemos) pero sabemos que muchas veces son las preguntas correctas las que guían hacia la mejoría de nuestra practica.
Si no sos profesional de la salud quiero decirte: primero perdón, se que es difícil y contradictorio escuchar tantos enfoques y segundo: te entiendo, lo anteriormente no tiene el propósito de erradicar o invalidar - si asi lo sentís - tu deseo de bajar de peso. Estamos para acompañarte en esta contradicción eterna con la que nos enfrentamos varias veces por día en nuestras sesiones.
¡Hasta la próxima!
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