Bienvenidx al newsletter en donde conversamos sobre abordaje de la conducta alimentaria y recuperación de desórdenes y trastornos alimentarios, desde un enfoque neutral en el peso y con perspectiva de género.
Antes de adentrarnos en el tema de hoy, una aclaración importante y un disclaimer: Estos artículos tienen únicamente fines informativos y educativos. No reemplazan el asesoramiento individual de ningún profesional de la salud (nutricional, médico, psicológico, psiquiátrico) y no constituyen una relación profesional-paciente.
La industria de la dieta, del welness, del fitness, del hackeo, de la disciplina (y etc) demoniza el hambre, de forma similar a cómo la cultura de la productividad lo hace con el descanso. Sin embargo, incluso con esta última, entendemos que si alguien permanece despierto tres noches seguidas, probablemente se dará un “atracón” de sueño en cuanto se acueste.
A su vez, sabemos que si alguien está cansado y esta en una fiesta , en lo único que puede pensar - mientras probablemente suene Emilia - es en la idea de volver a su casa, a su cama calentita, y hasta probablemente resulte muy satisfactorio ese momento, distinto a un dia no tan agotador.
Nada de todo lo que mencione, estimo, genera ruido o incomodidad verdad? Nada de esto nos hace pensar que somos adictos al sueño, sino mas bien, entendemos que dormir es una necesidad biológica y simplemente necesitamos corregir el déficit de sueño.
Ahora bien, imagina esto pero con un déficit alimentario, ya sea de cantidad, o de variedad. ¿Cuál sería la diferencia?
“No poder parar de comer” en contexto de TCA, generalmente, no tiene nada que ver con no tener autocontrol. Más bien, se trata del efecto colateral del excesivo autocontrol.
El déficit de energía durante un período razonable, le indica al cuerpo que la comida es recurso escaso, activando así el modo de “hambruna” tanto física como psicológicamente. Tu cuerpo hace lo que está programado para hacer cuando detecta hambre: busca comida.
Ahora bien, pensamos al hambre únicamente como una sensación fisiológica, como un rugido en la panza o una sensación de vacío estomacal. Sin embargo, en la recuperación de un TCA, el hambre puede manifestarse así, y otras veces no tan así.
Por ejemplo, puede darse una hiperconcentración en la comida, desde pensar en comida, soñar con ella, o scrollear por ig viendo contenido de recetas. Nuestro cuerpo no detecta, ni diferencia hambre “por elección” de hambre por inseguridad alimentaria o escasez. Las personas experimentan un creciente impulso incesante de comer, comer y comer, casi como si estuvieran en piloto automático.
Es muy común, que las personas confundan un atracón con lo que se denomina 'hiperfagia post-inanición' o coloquialmente “hambre voraz”. Y sin embargo, se trata de subsanar, de corregir, de un pendiente, de una deuda. No esta “demas”, esta haciendo un “catch up”.
Entonces, me pregunto, te pregunto : ¿Y si aquello a lo que culpamos como problema (la comida) fuera parte de la solución? ¿Y si la mejor manera de dejar de comer compulsivamente un alimento específico fuera darte acceso a él?
Resulta que el hambre no necesita ser domesticado; sino comprendido.
(Si, igual que el sueño).
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